Garbanzo de Córdoba

Continuamos con los ensayos de campo para la IGP Garbanzo de Córdoba

En la vasta y fértil campiña de Córdoba se está llevando a cabo un proyecto que busca mejorar, preservar y destacar el cultivo del garbanzo cordobés. Como adelantamos el año pasado (Garbanzo de la Campiña de Córdoba), Miluma S.A. participa en este proyecto. Lo ha hecho a través del grupo operativo creado para la consecución de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) para el garbanzo de Córdoba.

Es un proyecto muy ambicioso en cuanto a objetivos a conseguir porque va a tener un triple beneficio: para el agricultor, el consumidor y para la propia provincia de Córdoba.

Los Orígenes del Proyecto

Este proyecto surge en 2019 de la mano de José María Cabrera, gerente de Cortijo La Reina, y de Íñigo Prieto, gerente de la consultora Dolneo. José María consiguió el apoyo financiero y la colaboración necesaria de la Junta de Andalucía a través de la Unión Europea. Miluma es uno de los colaboradores activos que participan en el proyecto a través del grupo operativo constituido. También forman parte del grupo la Universidad de Córdoba (UCO), Asaja, el Ifapa, la Cooperativa Virgen del Campo de Cañete de las Torres y la Consultora Dolneo.

Miluma se ha enfocado en la selección y caracterización de los garbanzos locales. Se han realizado dos siembras, una en invierno y otra en primavera.

El suelo arcilloso, característico de la campiña cordobesa, desempeña un papel crucial en la calidad del garbanzo. Estos suelos permiten un cultivo singular que hace posible ese garbanzo mantecoso, con su característica textura suave y punto de cocción rápido, atributos altamente valorados en la gastronomía local e internacional.

El Valor de la IGP Garbanzo de Córdoba

La obtención de la Indicación Geográfica Protegida para el garbanzo de Córdoba no solo beneficia a los productores locales. Además, los consumidores también se verán beneficiados al disponer de un producto de una calidad singular certificada. Y la misma provincia de Córdoba va a verse recompensada con un refuerzo de una reputación gastronómica ya bastante consolidada.

Para los productores, la IGP va a suponer un reconocimiento internacional y una protección de las características diferenciales de su garbanzo en el mercado nacional e internacional. Esto se traducirá en valor de mercado, mayor estabilidad económica y beneficios medioambientales derivados de la preservación de las prácticas agrícolas tradicionales.

Por otro lado, los consumidores pueden confiar en la autenticidad y la calidad del garbanzo de Córdoba certificado ahora con el sello de la Indicación Geográfica Protegida. Saben que están adquiriendo un producto que ha sido cuidadosamente seleccionado y producido, singular y de alta calidad.

En última instancia, la IGP Garbanzo de Córdoba fortalece la reputación gastronómica de la región y destaca la riqueza de sus productos locales y promueve la sostenibilidad en la agricultura.